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  • Foto del escritorJavier Esquivel

Influencers juegan a hacer campaña

 

  •  La apuesta y el dilema es juventud versus experiencia. De ocurrencias chistosas y virales contra políticos tradicionales, ambas características muy alejadas a lo que la gente necesita.



Cuánta razón tenía Bertrán Russel al mencionar lo agradable que sería un mundo en el que no se permitiera a nadie operar en bolsa a menos que hubiese pasado un examen de economía griega, y en el que los políticos estuviesen obligados a tener un sólido conocimiento de la historia y de la novela moderna. A pesar de que este aforismo es de siglos pasados hoy en la actualidad cobra mucho sentido.

 

En 2024 veremos una nueva ola de jóvenes destacados en redes sociales por actividades que- nada tiene que ver con la política-, que jugarán a ser candidatas y candidatos. No se puede utilizar otro verbo diferente a jugar, en razón de que aquellos que hoy son famosos y reconocidos por ser agradables o chistosos, no tienen nada que perder y sí mucho que ganar.

 

Únicamente invertirán unos meses de su tiempo para hacer triunfar a las franquicias de partidos. Alquilarán su imagen para ocupar puestos de elección popular en los que otras y otros tomen las decisiones. Ellas y ellos, influencers, no tendrán que diseñar o ejecutar propuestas de política pública para ofrecer soluciones a las profundas necesidades y problemáticas de la gente.

 

Y no es que adolezcan de sensibilidad social para gobernar o legislar, sino que carecen de los conocimientos para hacerlo por sí mismos.  Las y los influncers no tendrán que empeñar su carrera política o capital político o desembolsar dinero para sus campañas. No se puede perder lo que no se tiene o lo que no es tuyo, solo es sonreír y ser ocurrente para ganar una alcaldía, una curul o un escaño.

 

Estas personas, seguramente estarán arropados por especialistas y ejércitos de asesores para mantener popularidad, ser noticia y tener alta visibilidad en los territorios en los que competirá cuando lo popular no es sinónimo de eficacia, experiencia y sentido social.

 

En campaña ofrecerán frases que busquen diferenciarse de hombres y mujeres con años de experiencia en la administración pública en lo federal y en lo estatal. Dirán que ellas y ellos hacen y representan a la “nueva política” por ser jóvenes, pero con su actuar demuestran haber aprendido en poco tiempo las más oscuras mañas y artilugios de la vieja política que dicen buscan sepultar.

 

Son jóvenes no políticos, que hacen valer su derecho legítimo a votar y ser votados; personas que no se destacan por ser líderes sociales o por una extraordinaria cercanía con sus electores, pero que sí gozan de lazos familiares, políticos y de conveniencia con los tomadores de decisiones.

 

Las consecuencias de que ellas y ellos ganen, son de sobra conocidas ya que en todo el país tenemos elementos de sobra para evaluar los gobiernos que han tutelado o para calificar su actuar legislativo. La frivolidad, la personalidad disruptiva no es tampoco sinónimo de un buen gobierno como no lo es tampoco de transparencia y de rendición de cuentas.


 La contienda de los próximos meses, fuera de la presidencial, es un duelo de marcas de partido, de popularidades, de famosos en la arena digital y no de argumentos con de propuestas.

 

La apuesta y el dilema es juventud versus experiencia. De ocurrencias chistosas y virales contra políticos tradicionales, ambas características muy alejadas a lo que la gente necesita.

 

Estamos en campaña, conecta, comunica, pero sobre todo convence.

 

@javoesquivel.

 

 

 

 

 

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