Llegaron para romper estereotipos e imponer nuevos estilos de gobierno y de negocios con sustento en su credibilidad, confianza con nuevas formas de interpretar el liderazgo y el empoderamiento femenino.
Es una realidad que las mujeres ocupan más puestos de elección popular y cargos directivos que en otros momentos. Espacios en la toma de decisiones que han sido conquistados con su esfuerzo de muchos años e irrefutables resultados de su trayectoria y desempeño profesional.
Las mujeres en política, en la iniciativa privada, en el deporte, en el mundo de la gastronomía y en otros muchos campos más, superan ya los antiguos indicadores de gestión, evaluaciones de gobierno o metas de inversión.
Llegaron para romper estereotipos e imponer nuevos estilos de gobierno y de negocios con sustento en su credibilidad, confianza con nuevas formas de interpretar el liderazgo y el empoderamiento femenino.
Cada una de las mujeres líderes plasman con su ejemplo diferentes formas para hacer campaña, pero también para gobernar, para legislar y para renovar las viejas formas de convivir en la política.
Tantos son los buenos ejemplos que muchas otras mujeres aprenden, retoman y emulan lo mejor de cada caso. Inspiradas en los nuevos liderazgos buscan también trazar su propia historia para dejar huella positiva en sus entornos y comunidades.
Ellas saben que ha llegado la hora de transformarse para mejorar y para influir con su experiencia y conocimiento en las decisiones nacionales. Se han percatado que es su momento para exigir los lugares de representación que la ley les garantiza.
Hoy encabezan el INE, la SCJN, el Banco de México, la CNDH, el INAI, gobiernan hasta hoy 9 entidades federativas, presiden más municipios, legislan con mayor número y con fuerza en el Congreso y en las asambleas locales, consolidan su alta valía y presencia en la academia y en los centros de investigación.
Ellas son conscientes que en breve obtendrán más espacios de poder, de autoridad y de notoriedad en la vida pública.
Saben que con sororidad y con trabajo en equipo podrán ir eliminando más obstáculos y detener retrocesos que quebranten sus derechos, pero también son conscientes que juntas podrán generar mejores mecanismos para prevenir, erradicar y sancionar la violencia de género en todas sus modalidades.
Las mujeres buscan ser diferentes entre sí y posicionarse en la opinión pública de forma única para ser más competitivas y memorables. Comunican con naturalidad, sin perder su esencia, pero sobre todo lo hacen con estrategia.
En la competencia política nunca nadie les ha regalado nada, todo lo han conquistado ellas mismas a lo largo de años de lucha, por ello, han agudizado su visión estratégica y fortalecido su cálculo y olfato político.
Sin llegar a la disrupción proponen y construyen las soluciones que los gabinetes de asesores conformados en su mayoría por hombres no han podido encontrar.
Ellas tienen la sensibilidad intuitiva de prever escenarios, de comunicar y actuar en consecuencia.
En la plaza pública son la voz de los que no la tienen, encabezan causas, visibilizan y buscan respuestas a los problemas de minorías. Ellas son las que hoy y mañana ganarán elecciones y enriquecerán un nuevo debate público.
Ellas capitalizan todos sus atributos y fortalezas intelectuales, invierten en su imagen pública y en su incesante capacitación profesional además de que promueven, fomentan y fortalecen principios y valores.
En ellas se finca la esperanza de cambiar el rostro de la antigua política, que hasta ahora, todos detestan y rechazan.
Sin importar las preferencias electorales que usted tenga, ha llegado el tiempo de que también una mujer arribe a Palacio Nacional con la banda nacional en su pecho y que sea acompañada de los mejores perfiles profesionales en paridad y en igualdad.
En México como en muchos otros países es tiempo de las mujeres.
@javoesquivel
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