Administración estratégica del ataque

Sentencia un aforismo en materia de inteligencia política que estrategia no solo es detectar los puntos débiles del rival para atacarlos, sino saber en qué momento hacerlo, dosificar el ritmo, la frecuencia de cada acometida y hacerlo por diferentes flancos; Y tal parece que justo eso pasa en la escena política nacional.

Llegamos a la etapa del sexenio donde cada uno de los ataques y contraataques hacia los contrincantes son golpes de precisión para minar al prestigio, reputación y credibilidad, pero sobre todo para aniquilar la confianza personal de los destinatarios con toda una amplia gama y variedad de certeros golpes jurídicos y los demoledores impactos mediáticos.

Pareciera que fueran acciones construidas y planeadas para ser ejecutadas con precisión cronológica y que son administradas para no dejar nada a la ocurrencia y la improvisación.

La ofensiva legal y su reflejo en medios nacionales de comunicación ha sido finamente planeada para minar cualquier intento de defensa del receptor y de desarticular una posible contraestrategia con la que se pudiera responder.

Todas estas operaciones aparentan que son inspiradas también en los manuscritos del arte de guerra en lo que se recomienda que el ataque deberá ser tan poderoso que no hubiera lugar a una posible revancha.

Hoy se percibe que el ejército no solo está en el campo electoral agrupados en fuertes estructuras territoriales, sino que también se cuenta con un alto general lo suficiente maquiavélico y con mente de ajedrecista que ejecuta cada ataque sin miramientos y que demuestra que está provisto de todos los recursos jurídicos y de alta difusión necesarios para administrar la victoria para él o para su grupo.

La batalla es tan desigual porque el ataque es certero y son muchos los flancos débiles del rival. Zonas endebles que se convirtieron en blancos todavía más fáciles de atacar por la soberbia, arrogancia y altivez e ínfulas de un grupo político que se creyó intocable.

El duelo de estrategias es tan disparejo que se solo será cuestión de tiempo para que el más débil caiga en manos de la derrota.

@Javoesquivel