Arranca la segunda semana de febrero con la prohibición expresa de difundir acciones y logros de la esfera gubernamental y de los asuntos públicos como si estos fueran vastos y sustanciosos tanto en los ámbitos estatales, municipales y legislativos como para influir en una decisión de magnitudes no imaginadas.
Se pone pausa a la contratación de la propaganda en radio y televisión dirigida a influir en la opinión de las y los ciudadanos sobre la revocación de mandato, como si se tuvieran los recursos suficientes de los partidos políticos e interés financiero externo de influir en un resultado que luce a prueba de balas y sumamente blindado por los Poderes Ejecutivo y Judicial.
Se señala que el Instituto Federal electoral ordenará la cancelación de cualquier propaganda e iniciará el proceso de sanción que corresponda, como si se tuviera el alcance de amonestar o reconvenir a los principales promoventes de la primera consulta en la historia del país sobre la materia.
Se subraya que se deberá suspender toda difusión y promoción de obras públicas cuando está por inaugurarse el nuevo aeropuerto del país, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Una obra emblema por todo lo que representa como para no dar el banderazo de arranque públicamente.
Se resalta que únicamente quedan exentas las campañas de educación, salud, y protección civil, justo cuando son estas tres áreas temáticas las más débiles en cuanto a la estrategia, mensaje, construcción creativa y generación del marketing de gobierno para persuadir a la población a cuidar sus bienes, sus personas, su salud y fomentar el retorno a clases y frenar la deserción escolar.
Se destaca que, hasta el cierre oficial de las casillas, quedará prohibida la publicación o difusión de encuestas, total o parcial, que tengan por objeto dar a conocer las preferencias de los ciudadanos o cualquier otro acto de difusión, como si no se vislumbrará y se anticipará desde hoy cual podría ser el resultado y el nivel de participación.
A pesar de esta irónica realidad las autoridades gubernamentales y legislativas, a efecto de cumplir la norma, suspenderán la difusión de muchas de sus sustanciales y vitales actividades, como la entrega de cobijas, de sillas de ruedas, de despensas, de la venta a bajo precio de granos y semillas, de hacerse fotos en el recinto parlamentario y en publicar imágenes de reuniones que no comunican nada más que el reflejo de su propia personalidad.
No se extrañe si al abrir sus redes sociales y al buscar a su política o político favorito solo encuentra la leyenda que diga:
“En cumplimiento a lo ordenado por los artículos 35 fracción IX numeral 7 y 134 párrafos séptimo y octavo de la Constitución política mexicana, así como de la Ley de revocación de mandato este sitio modifica sus contenidos”.
Este mensaje para las y los que cumplan la ley será parte de la normalidad de su comunicación hasta el 10 de abril que termina la prohibición, pero si vive en alguno de los seis estados donde habrá elecciones también vivirá una segunda ola de veda electoral.
Este 2022 habrá dos vedas electorales; la que arrancó en torno a la revocación de mandato y la que dará inicio antes de las elecciones estatales del 5 de junio.
Bienvenidas sean todas las personas a este mundo apasionante de nuestro modelo de comunicación política y su marco normativo. Nos vemos en las pocas urnas que habrá disponibles para este evento.
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